13 de junio de 2007

EqeQequilibrioiOO

A eso de las 5 de la tarde la temperatura bogotana quería igualar la de melgar y nada mejor en esos casos que estar fuera de la casa, de la oficina y de un carro. Las calles se visten de colores brillantes y el cielo deja de llorar (pero el pobre paraguas nada que puede confesarle su amor). Una caminada nunca sobra y una buena compañía nunca se rechaza: amigo, novio, libro, café. Para mi son siempre buenos momentos pero también representan grandes dispersiones. Gente que camina, que grita, que llama la atención y además compañeros que siempre tienen mucho que decir...es mucha información. Ayer con Pierre, entre un poco de café, de cine y de pisco sour, me enteré de que debo evitar atragantarme con cerecitas silvestres en los alrededores de Pasto, pues resulta que puedo terminar en algún hospital y a punto de perder la cordura. La bobadita hace, nada más y nada menos, que atacar el sistema nervioso si no se trata a tiempo. Menos mal no pasó a mayores en el caso de Pierre. Reecuentro ayer y despedidas hoy, pero nada mejor que ese sabor agridulce, o como dice Zárate "¿A que sabe la presencia, si no es en contraposicion a la asusencia?".
Dr. Scholl: en vous désirant un retour plein de bonheur.
*fotos mías.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, te invito a que revises mi sitio:
www.septimahistoria.com

Anónimo dijo...

Hola Caro

Que infidelidad la foto de juan Valdez