30 de septiembre de 2010

25 de septiembre de 2010

23 de septiembre de 2010

21 de septiembre de 2010

Relictos de un mercado

Érase una vez Betatonio. Érase una vez películas en beta y vhs. Luego, el grande Blockbuster llegó con luces hollywoodenses y películas de caja roja, las de estreno y sólo de una noche; las azules, de dos noche y los clasicos verdes, de tres noches. Empezaron las promociones, alquila 2, lleva 3 o alquila 3, lleva 5 y además paga 10 000 pesos y recibe un litro de helado de vainilla.

Aterrizaron los dvs y los quemadores. Ese día inició la agonía de las promociones de alquiler, de betatonio y de blockbuster. Los andenes de las calles se han plagado de películas de estreno, empacadas en bolsitas precarias con carátulas descoloridas. Por solo 2000 pesos evítese la ida al cine, la suscripción a una tienda de alquiler y vea lo último de cartelera en casa.

A pesar de este panorama desolador para la industria cinematográfica, aun quedan relictos de alquileres de peliculas originales en Bogotá. Hasta cuando?

17 de septiembre de 2010

Camino al trabajo

La Barbie de Guernika, famosa pasteleria de la carrera decima con calle 21, mide un metro y diariamente luce un vestido y peinado diferentes. Le gusta usar atuendos flamenqueros y sonreir a las lindas obras de la carrera décima.

Camino al trabajo

El maní de Santos y la subsistencia en la 7ma

Reflexiones de un pensador alemán

Los baches de la ciudad

14 de septiembre de 2010

Tarde bogotana

Peligro, excavación profunda - Trabajos interminables de la décima. Bogotá.

Tener cuidado con las excavaciones profundas, asegurar las paredes para evitar las remociones y sobre todo, use casco. Fase III Transmilenio.

11 de septiembre de 2010

Los silencios del bosque


La lluvia siempre llega después del almuerzo, viene con el calor de un postre con un café de campo. Eso es lo que ocurre con certeza en este lugar, el santuario de fauna y flora Otún Quimbaya. Son casi las tres de la tarde y ahora me refugio de la lluvia en un cuarto de una de las casas de esta zona cafetera, luego de una mañana en las entrañas del bosque subandino. Queria tomar fotos de aves en la madrugada pero realmente estaba tan a gusto entre las cobijas que preferí no salir de ahí. Salí a las 9, luego del desayuno, a caminar por el sendero "los bejucos", uno fácil de 50 minutos. Los movimientos del bosque poco a poco ocultaron mis pasos sobre el lodo y las hojas secas. Me dejé llevar por el camino, tanto que mi primer susto fue un sonido seco del movimiento de unas ramas, seguido por el relinchar de un ave. Era una pareja de pavas que, al oir mis pasos, reaccionó con alaridos alejándose de mi. Sólo vi el balanceo de las ramas.

Caminé más despacio, consciente del sonido de mis pisadas, así el bosque me dejó entrar en el. Escuché aves y bichos. Un pájaro barranquero fue la primera fotografía que tomé, tiene la cabeza azul metalizado y la cola dividida por dos líneas cuyo final tiene la forma de un diminuto abanico. Seguí avanzando, pensaba en las historias de Guido, un funcionario del santuario, quien me contó el día anterior que en los 14 años que lleva trabajando en el lugar, sólo había visto dos veces un puma. La verdad, me estremecía un poco la idea de saber si me iba a encontrar ese gran felino sola. Pero en realidad, los sonidos más fuertes eran siempre de pavas asustadas o bien de micos aulladores. Estos mamíferos aullan como si avisaran que es el fin del mundo. Se encuentran a lo alto de los yarumos y se desplazan en grupos donde un macho alfa manda la parada. Guido, quien me buscó al final del sendero, me explicó que el macho alfa organiza y controla todo movimiento del grupo. En las mañanas, el grupo se organiza en línea, separados por troncos y se disponen a hacer sus necesidades en las alturas de forma sincronizada. Cada grupo está compuesto por machos y sólo una hembra. Cuando un macho del grupo se quiere aparear, tiene que disputarse la hembra con el macho alfa. El que pierde tiene que abandonar el grupo y por lo general, va en busca de otra hembra que se roba de otro grupo para formar uno nuevo. Pero esto no es lo mas interesante de estos mamíferos. Resulta que si una cría se llega a caer de un árbol, el grupo espera que suba de nuevo y cuando los encuentra, la hembra lo coge a palazos con las ramas. El pobre, bien aporreado por la caída, tiene que aguantar el regaño de la madre, quien le recuerda que de la torpeza sólo queda el dolor.

Las aves de poca gracia y pequeñas cantan melodiosamente al bosque. Los sonidos más disonantes provienen de las aves más coloridas, esto me produce tanta gracia como el hecho de que las hembras son siempre las más feitas y simples, a diferencia de los machos, coloridos e imponentes. Guido me cuenta que las aves siempre están en pareja, macho y hembra, y si llegase a morir la hembra, el macho no busca una nueva y la muerte se lo lleva pronto..

Sigue lloviendo, de nuevo estoy dentro de las cobijas pasando la tarde y recordando mi clase de comportamiento animal.

6 de septiembre de 2010

Encrucijadas