22 de julio de 2007

digging in Alice



K was beginning to get very tired of sitting by J on the bank, and of having nothing to do: once or twice she had peeped into the book J was reading, but it had no picture or conversations in it, "and what is the use of a book" thought K, "without pictures or conversations?"


So she was considering, in her own mind (as well as she could, for the hot day made her feel very sleepy and stupid), whether the pleasure of making a cloud-chain be worth the trouble of getting up and picking some clouds, when suddendly K heard a violin sound comming closer...





From "Alice's adventures in Wonderland", L. Carroll

9 de julio de 2007

Pessoa . Wilde

"Creo en el mundo como en una margarita
porque lo veo. Pero no pienso en él,
porque pensar es no comprender...
El mundo no se ha hecho para pensar él
(pensar estar enfermo de los ojos),
sino para mirarlo y estar deacuerdo

Yo no tengo naturaleza, tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama,
ni sabe por qué ama, ni qué es amar...

Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar..."

Poemas de Alberto Caeiro (Pessoa)



"Aunque todos los hombres matan lo que aman,
que lo oiga todo el mundo;
unos lo hacen con una palabra zalamera;
el cobarde lo hace con un beso,
¡el valiente con una espada!

Unos matan su amor cuando son jóvenes,
y otros cuando son viejos;
unos lo ahogan con manos de lujuria,
otro con manos de oro;
el más piadoso usa un cuchillo,
pues así el muerto se enfría antes"

La balada de la cárcel de Reading, Oscar Wilde

2 de julio de 2007





Las intermitentes lluvias de la ciudad crean superficies brillantes por donde los transeúntes como yo, saltamos o cruzamos con cuidado para no mojar los zapatos. Paraguas, botas de los jeans húmedas, converse mojados a los lados y las medias congeladas. Aunque cada día me cambie de ropa termino en los mismos colores y con la misma temperatura, un frío que empieza por los pies, las manos y la punta de la nariz. Cuando parece que la lluvia ya se ha alejado, los charcos empiezan a dejarse ver, hay de todo tipo y de estética extraña, pero cada uno quiere dejar, sin duda alguna, el rastro de una existencia azarosa, geométrica y vaporosa. Cada uno es lo que su entorno le permite ser, el charco bonito es el charco en el parque, porque la imagen que guarda en el agua es la de los árboles. El charco creído es el que por sorpresa cayó en una escultura de la calle, o el que se resguardó en alguna forma circular de una piedra. Tienen la suerte de estar limpios y de no ensuciarse con mis pisadas. El charco valiente es el que se formó después de haber recorrido metros y metros de calles descendentes, el pobre está sucio y no puede reflejar mucho pero es lo que su experiencia le otorga. El charco odioso es el que hiede a caño, está donde no debe estar, por pura terquedad. Nadie lo quiere ver y esto lo hace solitario. El charco que está ahí, ese es el más nocivo, es el que obstruye el paso de todos porque se esplaya por donde pasa más gente, donde es más complicado ver el piso. Como resultado tenemos muchos zapatos mojados, eventualmente resbaladas y un charco en perpetua agresión.
*Foto Flickr. miroir. De Anthony and cie