6 de febrero de 2009

Disco lies

5 de febrero de 2009

Lección sobre cómo volar No. 2 y sálvese quien pueda!

Después de un aterrizaje forzado y una llegada a tierra brusca, el sentimiento de querer volar otra vez se marchita y se opaca por el temor. ¿Qué pasa si en la próxima oportunidad el aterrizaje forzado termina en una acontecimiento desafortunado? Igual, qué mas da si en todo caso los acontecimientos desafortunados ocurren en el cielo, en la tierra, en el agua y en el infierno. El miedo es el mejor amigo de la libertad y se la pasan de la mano, libertad no conoce al miedo en su juventud, pero eso no se prolonga demasiado. El encuentro entre la libertad y el miedo es conflictivo, caótico y metafísico. En la historia política y religiosa, los hombres dominan a los hombres empleando una mezcla mezquina de miedo y de libertad para controlar. Así, miedo y libertad se convierten en los mejores amigos, la democracia es el paroxismo de esta relación y cuando miedo domina sobre libertad, póngale la firma que estamos en una democracia disfrazada. El justo equilibrio entre miedo y libertad es complejo y casi un ideal. Digo casi porque en las democracias europeas, libertad es más independiente de miedo. Las democracias latinoamericanas tienen la balanza trucada y parecería, en unos países más que en otros, que cuando la balanza está científicamente equilibrada, libertad sale volando por los aires y miedo queda estancado a un lado. 

Estamos llenos de miedo y no es para menos. En este país la dignidad, el valor de la vida y del trabajo honrado son aplastados por el narcotráfico, la guerra, la ausencia de valores, el hambre, la pobreza y sobre todo esa maldita enfermedad del capitalismo, donde el leitmotiv es tener para ser. Si no tienes, no eres... y no eres nada! 

¿La culpa de quién es? del que sea, el sistema apesta y la política es una olla podrida. Las buenas intenciones y el espíritu de cambio y renovación para la paz, el desarrollo, etc., son simples accesorios retóricos en un país que está consumido en la pobreza y las reacciones primitivas. Mi vida NO VALE menos que esta patria herida, por un enfermo terminal no se da la vida, sobre todo cuando su sistema es inmunológicamente incompatible con cualquier otro. 

En cuanto a lección sobre cómo volar No. 2, sálvese quien pueda! (yo seguiré disfrutando del vuelo en el agua)