Ohmios, resistencias, voltajes, todo un mundo racionalizado y calculado milimétricamente. La modernidad que llegó a este continente vino cargada de un círculo vertiginoso de descubrimientos técnicos y de nuevos metarelatos acerca de la ciencia. Los que aquí se dedicaban a poblar estas tierras no fueron directamente creadores, más bien receptores e implementadores de técnicas que en muchos espacios siguen siendo ajenas. Por ejemplo, en el corazón caucano o chocoano, la media hora de internet (si hay) puede llegar a costar más de lo recibe un trabajador por su jornada diaria. Un estado híbrido entre lo tecnológico y un modo de vida casi a-moderno domina muchos de los territorios marginales colombianos. Si no es por el reggaeton, la champeta y sus correspondientes símbolos sociales, cómo la rumba, el baile y la tomadera, el mundo exterior y urbano, un mundo que dialoga permanentemente con el entorno, sería aún más bizarro para estas comunidades.
En la ciudad la modernidad ha llegado y a su paso ha ido transformando los roles y las funciones de los hombres en la sociedad, cada vez pide con mayor ímpetu que los hombres sepan HACER. Exigencias de conocimientos prácticos que vayan en la misma movida del mundo, el know how, savoir faire, etc., están clavados en todas las paredes sociales y son requisitos. Rescatando algunos de los logros de nuestra época, inspirados o impulsados por VER todo el esfuerzo concluido en un o b j e t o, no se puede dejar de lado el papel de los físicos y de los ingenieros. La apertura física al mundo, a otros espacios, culturas, gente, no hubiera sido posible (entre otros inventos) sin el descubrimiento del motor de combustión y antes de eso, la producción de energía a partir de combustibles sólidos o fluidos. Hoy nos montamos en buses, soñamos con viajes a otros continentes, vemos y conducimos carros, y es normal. Lo que no es visible es todo el trabajo y los hombres que han dedicado sus vidas a entender cómo se puede crear energía a través de elementos que se encuentran en la naturaleza, y hacer que esta energía sea capaz de generar movimiento en objetos con pesajes variados, a diferentes velocidades y en cualquier tipo de espacio (terrestre, marítimo y aéreo). Pero bueno, nosotros sólo consumimos transporte, queremos poder comprar tiquetes aéreos baratos y viajar cuando se nos de la gana, también quisieramos que el combustible fuera a precio de huevo. Los ingenieros no sólo están buscando hacernos la vida más cómoda solucionando esos problemas de mercado, jugando con costos, tecnología y mano de obra, algunos también trabajan por el arte de crear, de innovar y eso es tan rescatable como la consagración de cualquier Maestro.
*foto de mi padre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario