El camino para conocerse uno mismo es una cuesta arriba, siempre hay que subir un escalón para poder ver un poco más arriba y ver con más perspectiva el camino recorrido. Además, es un camino largo y lento, se hace paso a paso. En este recorrido me he encontrado con varias paredes, varios escalones que no se dejan subir o no me dejan subir. Me detienen. Son nudos cuyo desenredo no es fácil, ni rápido. A veces me cuesta verles la forma. Así que los dejo ahí, los miro, los contemplo y me doy cuenta de que me generan ansiedad… trato de seguirlos contemplando y poco a poco voy pensando en como desamarrarlos, también pienso en porque me generan ansiedad, y así. Aún no logro subir ese escalón.
He estado leyendo al Dalai Lama, pensé que el budismo era relativamente fácil de comprender pero ya casi terminando el libro "A profound mind, contemplating wisdom in everyday life", me he dado cuenta de que que el budismo tiene una esencia sencilla pero su proceso de aprendizaje es muy complejo. No tenía ni idea, hasta ahora, de que esta vaina no es nada fácil!
De los conceptos más importantes y más abstractos son el selfness y el emptiness. La idea es algo así como que detrás de todos los sentimientos que nos afligen, por lo general la rabia y el apego, no hay nada, nada! Plop! Es como la frase que mi mama siempre me dice cuando estoy rayada por alguna cosa "eso no vale la pena", esa frase que me frustra porque siempre pienso que si vale la pena.
Cada quien tiene el poder de darle a esos sentimientos esos significados y cada quien decide como quiere relacionarse con las emociones. Aquí es donde viene el emptiness, nos dice que esos sentimientos son sólo en ese momento y en el siguiente dejan de existir, pero siguen existiendo si los seguimos viviendo y recreando. El Dalai Lama siempre pone el ejemplo de la silla, la que es vista de diferentes formas en las diferentes corrientes del budismo. Cada una de estas corrientes le pone un matiz más complicado a la relación entre el self y las cosas, o entre el yo y la silla, y la verdad, creo que todavía no entiendo estos matices. Sin embargo, si me atrevo a decir que la lección, o la escalera en la que estoy, me dice que el gran problema de las emociones es nuestra aproximación a ellas y a sus causas.
Me gusta la idea del emptiness porque obliga a dejar pasar, a no apegarse, a no plantearse uno como EL centro. Lo que aún no me queda muy claro es donde quedo yo. Se reducirá a una circunstancia? Osea, yo soy pero no soy porque mi relación con mis emociones siempre está cambiando. Es como una idea de física cuántica, somos partículas, estamos en un lugar y luego estamos en otro y no somos rastreables. Me encanta la idea de la no permanencia, del no apego… pero ese yo que se hace más fuerte con los años, donde lo metemos? Y cuando tenemos que tomar decisiones, con qué criterio las tomamos si no es con el criterio del yo? Eso aún no lo comprendo… pero seguiré en la búsqueda.
Gracias al Dalai Lama y al metro de DC por estas reflexiones.